Estrategia de humanización del sistema sanitario público de Navarra
El sistema sanitario clásicamente se ha ordenado en función de los servicios que se prestan a la ciudadanía. El elemento ordenador principal ha sido el quehacer profesional y la secuencia de especialidades que atienden a cada perfil de pacientes en función de su grado de complejidad u otras variables. Esta situación ha generado una percepción en ocasiones de falta de organización, bolsas de ineficiencia o de una organización al servicio de sus profesionales más que al servicio de sus pacientes.
En los últimos años la conciencia de la autonomía de pacientes y orientar los servicios ofrecidos en función de sus necesidades ha permeado la conciencia profesional y de las estructuras de gestión. No siempre el resultado ha sido que el conjunto de actuaciones profesionales se reorientasen hacia una atención humana, cálida, respetuosa con las necesidades y derechos de atención de la ciudadanía.
Armonización
Cada vez en mayor medida se plantea armonizar las funciones profesionales y las necesidades de pacientes. Se promueve la orientación hacia una atención que contemple a cada paciente o persona como centro de la atención, y no la enfermedad o el proceso por el que es atendida. Para orientar el quehacer profesional es útil considerar cuestiones como que cada persona atendida se encuentra en un momento vulnerable, que sus problemas de salud pueden comprometer su equilibrio personal, emocional, o físico, que se encuentran en un entorno desconocido a veces rodeadas de personas, tecnologías o situaciones estresantes, además de la vulnerabilidad ocasionada por las consecuencias del proceso que padece.
Nueva orientación de los servicios
Cada persona es poseedora de derechos reconocidos a una atención digna, adecuada a su situación, de calidad, y útil para facilitar la mejora de su proceso. Por ello la orientación de los servicios hacia la ciudadanía requiere respetar su autonomía, su intimidad, sus creencias, sus valores, sus sentimientos en determinados momentos vitales relacionados con la atención de manera estable en el conjunto del sistema sanitario. Adicionalmente se puede considerar que una atención personal, humana, respetando la dignidad y los valores de las personas atendidas, es más satisfactoria profesional y humanamente para el conjunto de profesionales del sistema sanitario y, por tanto, tiene un valor motivador y de desarrollo profesional. La comunicación, la empatía, la utilización de la palabra y las actitudes como elementos ligados a los cuidados o la curación de enfermedades son elementos complementarios a la calidad científica y tecnológica que orienta a un sistema sanitario a niveles superiores de excelencia, ya que permiten compaginar la orientación hacia la calidad técnica con la búsqueda de la calidad percibida y ambos elementos conjuntamente proporcionan una óptima conjunción entre satisfacción de pacientes y satisfacción profesional.
Búsqueda de soluciones
Orientar el sistema de salud hacia esa dirección requiere esfuerzos en facilitar caminos que despejen algunas dificultades actuales Son responsabilidades de gestión orientar problemas como la limitación de tiempo de profesional, la tecnificación de la atención sanitaria, las adecuaciones de espacios, o la motivación profesional. Se requiere igualmente facilitar la búsqueda de soluciones, orientar los presupuestos o los mecanismos de participación, acogiendo propuestas de profesionales y pacientes y desarrollar áreas de mejora con una orientada fundamentalmente hacia las personas en la idea de que este camino redundará en una mayor satisfacción profesional.