Una alegría para nuestros mayores

Soy consciente de que nos estamos enfrentando a un problema grave y que las residencias de ancianos han vivido una situación muy dura. Entiendo que se tuvieran que cerrar y entiendo el aislamiento que hubo. En los peores momentos se alzó la voz pidiendo protección para ellos. No sólo hay que protegerles del coronavirus, también hay que protegerles de la desilusión, del desánimo, de la tristeza, de la soledad. Hay ancianos que estaban deseando el reencuentro con su familia y ya nos hemos encontrado. Hemos compartido ese momento y hemos oido sus necesidades: " la próxima vez que vengas traéme....." Pero nos hemos encontrado con una Orden Foral que nos prohíbe llevarles cosas.
Ahora es el momento de demostrar que nos estamos preocupando por ellos. Creo que se les puede hacer llegar ese capricho que tanto echaban en falta. Se puede dejar una bolsa en la recepción de la residencia con el nombre del usuario. Echarle el líquido densifectante y permanecer 48 horas o el tiempo que sea necesario en algún rincón hasta que se considere que puede ser entregada al anciano. Creo que es el momento de empezar su desescalada.