1. Injusticia climática Lo que contaminan los más ricos y pagan los más vulnerables

Proceso de participación: 
Anteproyecto de Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética
Ámbito: 
TÍTULO I Disposiciones generales. Objetivos y fines
Texto: 

1. Injusticia climática Lo que contaminan los más ricos y pagan los más vulnerables

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La emergencia climática es la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad. No obstante, ni todas las personas contaminamos por igual, ni todas vamos a sufrir en mismo grado las dramáticas consecuencias del aumento de la temperatura del planeta. Entender la relación entre desigualdad en emisiones de gases de efecto invernadero, por un lado, y vulnerabilidad ante la emergencia climática por el otro, es esencial si se quiere frenar y mitigar su impacto evitando que las personas más pobres sufran desproporcionadamente.

Pedimos compromisos adicionales urgentes y ambiciosos para lograr reducir las emisiones y limitar el calentamiento global a 1.5 grados. Además, pide que la equidad esté en centro del debate de cualquier decisión a tomar para asegurar el principio de “quien contamina paga”.

Desigualdad internacional y crisis climática van de la mano:

La desigualdad extrema y la emergencia climática mantienen una estrecha y compleja relación que sitúa en un lado a los ricos y contaminantes y en el otro a aquellos que, sin apenas responsabilidad sobre la crisis ambiental, sufren una mayor vulnerabilidad ante los impactos del calentamiento planetario y cuentan con pocos o ningún medio para adaptarse al incremento de las temperaturas y a la degradación medioambiental. Los países de renta alta, en los que vive tan sólo una de cada seis personas del mundo y entre los que se encuentra España, emiten a la atmósfera 44 veces más CO2 que los menos desarrollados.1 No sólo son artífices de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero actuales, sino que son también los responsables históricos.

Desde 1960, el 50% del CO2 expulsado a la atmósfera proviene de un país industrializado miembro de la OCDE; mientras que los 49 países africanos al sur del Sáhara han sido los responsables de apenas el 0,02% de las emisiones.

Si nos centramos en España, usando datos de la huella de carbono ocasionada por el consumo calculados por Oxfam, un ciudadano medio español expulsa cada año a la atmósfera casi cuatro veces más que un ciudadano chino, 5,6 veces más que uno marroquí, 6,4 veces más que un guatemalteco y 16,5 veces más que una persona nigeriana. Un granjero ugandés medio necesitaría 59 años para contaminar lo mismo que una persona española en un año.

En el otro extremo, el grupo de países denominados por Naciones Unidas como países menos desarrollados, que incluye a los 47 países más pobres del planeta y con menos desarrollo humano, sólo es responsable de un 0,8% de las emisiones totales.

En estos países, entre los que se encuentran estados como Somalia, Níger, Malí o Sudán, viven algo más de 1.000 millones de personas, priman los medios de vida muy dependientes de las condiciones meteorológicas y la media de ingresos es de unos 1.000 euros anuales, a todas luces insuficiente para impedir que su población sufra de lleno las peores consecuencias del ascenso de las temperaturas. Por si fuera poco, la crisis climática ha incidido en la desigualdad entre países, beneficiando a los países desarrollados y perjudicando a los que están en desarrollo. Un reciente estudio de la Universidad de Stanford demuestra cómo el aumento de la temperatura del planeta ha acelerado el crecimiento económico de los países fríos, mientras ha ralentizado el de los países cálidos. 6 Entre los primeros abundan los países ricos y entre los segundos, los pobres. Sin calentamiento, la brecha entre países desarrollados y en desarrollo sería un 25% más pequeña. Sudán, uno de los países más pobres de la tierra y que sólo es responsable de un 0,04% de las emisiones globales,7 ha visto como por el aumento de las temperaturas su PIB crecía un 36% menos de lo que hubiera podido crecer desde la década de los 60 del siglo pasado. En el otro extremo, entre los países fríos y ricos, Noruega ha crecido un 34% más.

Si comparamos a todas las personas del mundo según su nivel de renta, el 10% más rico del planeta es responsable del 50% de las emisiones de CO2 asociadas al consumo; una pequeña élite contaminante que es 60 veces más responsable de las emisiones de CO2 que el 10% más pobre.

Por todo ello, es necesario:

2. Una visión global centrada en las personas que más sufren la Crisis Climática y, por tanto, la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética de Navarra debe de incorporar esta mirada e incluir la necesidad de reforzar la cooperación internacional para el desarrollo, AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) e incrementar fondos para Acción Humanitaria por crisis climática; así como, aumentar la Educación para el desarrollo y Ciudadanía Global en materia medioambiental. Ello incluye tomar medidas para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 13 adoptando medidas urgentes para combatir el cambio climático, sus efectos y sus causas. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/climate-change-2/

Obligadas a abandonar sus hogares Desplazamientos provocados por el clima: https://cdn2.hubspot.net/hubfs/426027/Oxfam-Website/OxfamWeb-Documentos/...

¿Quién paga el precio? Testimonios inéditos sobre las consecuencias de la crisis climática en el Cuerno de África y en Mozambique: https://cdn2.hubspot.net/hubfs/426027/Oxfam-Website/OxfamWeb-Documentos/...

La población de los países más pobres recibe aproximadamente 3 dólares anuales por persona (menos de un céntimo al día) para protegerse frente a los devastadores efectos de la crisis climática.

Los países ricos sobreestiman el volumen de fondos que destinan a la adaptación para el cambio climático, y estos compromisos de financiación se caracterizan además por su opacidad. Teniendo esto en cuenta, el análisis de Oxfam indica que los 48 países menos desarrollados del mundo tan solo reciben entre 2.400 millones y 3.400 millones de dólares anuales en concepto de financiación real para la adaptación al cambio climático, una cifra que equivale a aproximadamente 3 dólares por persona al año.

Los Gobiernos de los países ricos están incumpliendo su compromiso de ayudar a los países pobres a adaptarse a los efectos de la crisis climática. Las naciones más pobres y endeudadas del planeta apenas han contribuido a generar la crisis, pero están teniendo que asumir sus costes.

¿Cómo afecta la crisis climática a las poblaciones más vulnerables?: desde hace años, vemos los estragos causados en países del Cuerno de África, América Latina y Asia.

- Hambre y malnutrición
- Pérdida de cultivos y animales
- Migraciones
- Falta de agua potable
- Enfermedades y muerte
Si no se toman medidas urgentes, el número de personas pobres podría aumentar entre 35 y 12 millones en 2030 (Fuente: FAO)