Herramientas proactivas de orientación profesional entre centros de FP y Empresas

Proposamen mota:
Arrunta
Departamentua:
Hezkuntza Departamentua
Intereseko gaiak:
Teknologia berriak
Deskribapena:
La Formación Profesional no se puede gestionar como la ESO y el bachillerato porque es una formación terminal orientada hacia la inserción laboral del alumnado. Esto implica unas diferencias sustanciales tanto en la gestión del aprendizaje como en la información y orientación de la carrera profesional del alumnado. En cuanto a la gestión del aprendizaje en la FP, comprendo la importancia de la pedagogía y, tal vez, la psicología en las edades tempranas del alumnado, pero a ciertos niveles de formación el alumnado debe haber alcanzado las competencias básicas para desarrollar una profesión (comprender lo que lee, ve y escucha; expresar en público lo que se quiere, etc.). En la FP no se puede seguir tratando al alumnado como niños, sino como responsables que quieren trabajar... Parecen guarderías curando enfermedades psicopedagógicas. Nuestra economía hace años que ha dejado de ser industrial, de producción en masa, donde la profesión se insertaba en la cadena de trabajo y el profesional no necesitaba aprender gestión. Ahora los puestos de trabajo se inserta en pequeños negocios, subcontratas de otros negocios mayores, donde es primordial: el talento basado en la buena comercialización y gestión y, si es viable (proyectos), desarrollar la producción con la mínima inversión y empleo; las TIC´s se han convertido en la materia prima de cualquier negocio; los empleadores demandan conocimientos, pero sobretodo competencias: “saber trabajar”. Mientras nuestra economía demanda cambios, la planificación de la FP redunda en el pasado. Se sigue pensando en profesiones para producir, cuando se demanda capacidades de gestión, no como producción sino como negocios: * saber emprender nuevas ideas de negocio, incluso públicas; * insertarse en equipos de trabajo con mentalidades cooperativas y colaborativas; * etc. El aprendizaje en la FP no se puede sostener sobre demagogias consentidas: * el mercado laboral busca seguridad, trabajadores que demuestran que “saben trabajar” y le ofrecemos calificaciones numéricas de los módulos, ¡tendremos que modificar el currículum vitae y el sistema de calificaciones de los aprendizajes!; * los negocios no se arruinan por no saber producir, sino por no saber gestionar eficiente, eficaz y efectivamente y seguimos empeñamos en enseñar a producir, ¡tendremos que enseñar a saber gestionar negocios para saber invertir o cerrarlo a tiempo!; * el alumnado en la FP estudia para ir a trabajar y, sin embargo, se le orienta para seguir estudiando, como en la ESO y el bachillerato, ¡tendremos que informar y orientar su carrera profesional, su búsqueda de empleo activa y su emprendimiento!; * el aprendizaje práctico de la profesión no está sólo en la FP-dual. Las aulas también son talleres y se puede gestionar como negocios. Se trata de vivir el ambiente laboral aprendiendo a trabajar con valores y competencias, y emprender; no de fomentar subvenciones y abaratar puestos de trabajo en las empresas privadas. También hay multitud de empresas públicas donde los aprendices pueden ejercer su aprendizaje y también hay multitud de necesidades públicas a los que la empresa privada no asiste porque no son rentables; * los sindicatos y las organizaciones empresariales están para solucionar problemas laborales. La FP “para el empleo” debe ser impartida por profesionales coordinados con la reglada y más si son financiados por el erario público, no fuente de financiación a cambio de la paz social. ¡Qué más nos tiene que decir la UE para que nos avergoncemos! Tal vez, el profesorado tenga que enseñar en el mismo taller y gestionarlo como un negocio más, enseñando a buscar procedimientos emprendedores basados en la demostración de la eficiencia, la eficacia y la efectividad, pero cómo puede hacerlo si le falta la materia prima: el desarrollo del conocimiento con las TIC´s. Mientras las empresas están abarrotadas de TIC´s, en las aulas de la FP están ausentes y, para colmo, en las aulas de las organizaciones sindicales y empresariales están infrautilizadas. En cuanto a la información y orientación en la FP, no entiendo que la orientación profesional tenga que ser ejercida sólo por orientadores psicopedagógicos. El nuevo entorno económico y social exige cambios en la orientación de la F.P.: * Antes el alumnado tras la formación terminal buscaba y encontraba relativamente fácil empleo en lo que se había formado. Ahora, la formación terminal no garantiza empleo, pero es necesaria para trabajar. Y, además, para seguir formándose se necesita trabajar (como fuente de recursos económicos y como fuente de experiencia). La orientación profesional se está haciendo imprescindible y, fundamentalmente, fiable. * La escasa orientación profesional en los centros de Formación Profesional se ejerce de forma teórica en el aula a través del módulo de Formación y Orientación Laboral y su estudio, lamentablemente, no implica un proceso ejercido y coordinado con la orientación del centro y/o la bolsa de empleo. La UE nos está exigiendo coordinación. * La orientación profesional es ejercida por los servicios de empleo de las comunidades autónomas y la gestiona financiando a las organizaciones sindicales y empresariales a cambio de la paz social. Es más, todavía hay políticos que creen que los orientadores crean empleo... El alumnado de la FP, generalmente, no utiliza estos servicios porque desconoce y/o desconfía; le resultan ajenos. Sin embargo, las Administraciones Educativas siguen desarrollando una orientación enfocada en el seguir formándose, como si el aprendizaje sólo se obtuviese por la vía de estudiar académicamente más y no por la vía de ejercer un trabajo. Tal vez por ello, los ciclos formativos no sean una formación terminal y tengan una imagen excesivamente decepcionante. El alumnado de la FP quiere ir a trabajar, a realizar prácticas, a conocer el trabajo y para ello necesita el apoyo de un orientador profesional que fomente activamente, repito activamente, su empleabilidad. La inserción laboral no puede esperar a que vengan a buscarnos, sino que exige que: * el candidato publicite lo que ha aprendido y demuestre su "saber hacer"; y que el orientador se lo facilite. Internet es el portal publicitario más barato y de mayor mercado: redes sociales como twitter, facebook, lindkedin, web´s, etc.; * se fomente proyectos de emprendimiento, donde el alumnado desarrolle ideas viables económica y técnicamente y, para ponerlas en marcha (trámites), financiación, apoyo a cooperantes, ...; y que * el orientador se lo facilite al alumnado tanto en la elaboración como en su ejecución, búsqueda de fuentes de financiación, mentores, etc., (incubadoras de empresas); así como su publicidad; se colabore con la Administración Laboral en una contratación adecuada, evitando usos y abusos impresentables en su contratación, salario, trabajo, horario, etc., facilitando la intermediación en los conflictos laborales, ejerciendo la asertividad en sus derechos y obligaciones como profesional. Lo que los sindicatos, lamentablemente, creo que han dejado de hacer por someterse a la paz social. Tal vez, por ello, la orientación profesional se haya convertido en el sistema financiero de ciertos sindicatos, con el consentimiento de las autoridades correspondientes. Probablemente, entonces se entendería mejor la coordinación de la orientación profesional con los servicios de empleo y las organizaciones empresariales y sindicales que la Europa 2020 reclama. Y, además, dejarían algunos críticos y organizaciones de decir que el profesorado somos demasiado teóricos. ¿Nos dejan participar en esta práctica?
Comentarios: