Aportaciones desde la Terapia Ocupacional

Parte-hartze prozesua: 
II Plan integral de apoyo a la familia, la infancia y la adolescencia
Testua: 

Desde el Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Navarra (COTONA-NALTE) nos gustaría comenzar dando la enhorabuena a las personas que han contribuido al desarrollo de este II Plan de Apoyo Integral a la Familia, la Infancia y la Adolescencia y que han invertido su tiempo y su dedicación a elaboración del mismo. Nuestras sugerencias están dirigidas a aportar ideas, ampliar o enriquecer las ya existentes.

ÁREA DE ACTUACIÓN 2: DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA

En la página 129, en la Línea estratégica 1: Promoción de los derechos de la infancia en Navarra Programa 1 Actuación 2: Nos gustaría ofrecer la disposición por parte del Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales de Navarra a llevar a cabo acuerdos para realizar formación.

ÁREA DE ACTUACIÓN 3: ATENCIÓN TEMPRANA 0-6 AÑOS

Nos gustaría destacar la importancia de seguir considerando la inclusión del perfil del terapeuta ocupacional en el equipo interdisciplinar que lleva a cabo la intervención basada en el Modelo centrado en la familia en Atención Temprana en Navarra y en la que será la nueva Unidad Integral de Servicios de Atención Temprana. El terapeuta ocupacional desarrolla una visión holística de la persona, buscando contribuir al desarrollo máximo de su autonomía e independencia en las diferentes ocupaciones y rutinas de su vida diaria.

Algunas de las funciones y aportaciones que realizamos los terapeutas ocupacionales en Atención Temprana se dirigen a: realizar una valoración de las preocupaciones y necesidades del niño/a y su familia en sus ocupaciones diarias y valoraciones estructuradas, para de esta manera elaborar una intervención basada en los objetivos que se hayan destacado conjuntamente para alcanzar. El terapeuta ocupacional dirigirá su intervención a: informar, apoyar, asesorar, orientar y realizar actividades de la vida diaria (alimentación, vestido, aseo…) y otras adaptadas a los objetivos de tratamiento, para adquirir habilidades y destrezas motoras, sensoriales, cognitivas y socio-emocionales junto con la familia y el/la niño/a para favorecer el desarrollo global de éste/a, su autonomía e independencia en sus actividades de la vida diaria en los diferentes entornos naturales en los que se desenvuelve. Y además el terapeuta ocupacional valora, en caso de ser necesario, realizar adaptaciones que faciliten la funcionalidad y asesorar sobre productos de apoyo que favorezcan la inclusión del niño/a en el entorno que le rodea, eliminando o minimizando barreras que dificulten o imposibiliten la autonomía.

En relación a esto, en la página 150, en la Línea Estratégica 3, en el Programa 3 y en la Actuación 1 además de en la página 151 en la Línea Estratégica 4, en el Programa 1 y la Actuación 1, planteamos seguir considerando integrar el perfil del terapeuta ocupacional en el equipo de la Unidad Integral de Servicios de Atención Temprana. Y planteamos como sugerencias:

En la página 145, en la Línea Estratégica 1, el Programa 2 y la Actuación 2, poder formar parte de los profesionales que puedan dar formación en Educación Infantil acerca de la detección precoz de los signos de alarma o alteraciones en el desarrollo.

En la página 146, en la Línea Estratégica 2, en el Programa 1 y la Actuación 1: formar parte del equipo de profesionales de Atención Temprana que atiendan a menores entre 0 y 6 años que se encuentren en situación de riesgo psico-social. En la Línea Estratégica 4, en el Programa 1 y la Actuación 2: poder formar parte del equipo de profesionales encargados de la reorganización del Servicio de Atención Temprana para los menores escolarizados en el primer ciclo de Educación Infantil. En la página 152, en la Línea Estratégica 4, en el Programa 1 y la Actuación 1 y 4, participar en el espacio de información para los profesionales que trabajen con menores de 0 a 6 años que presenten alteraciones en el desarrollo o riesgo y poder contribuir en la elaboración del protocolo de transición de 0-3 a 3-6 años para los menores que presentan trastorno en el desarrollo o riesgo y sus familias. En la página 153, en la Línea Estratégica 4, en el Programa 3 y en la Actuación 1, poder apoyar y realizar aportaciones a la elaboración e implementación de un protocolo para la detección, diagnóstico e intervención de menores con sospecha de TEA 3-6 años.

En la página 147, en la Línea Estratégica 2, en el Programa 2 y la Actuación 2: Elaboración de un programa específico de las actuaciones profesionales acordes a las necesidades de los menores y las familias (prematuros y de bajo peso), contar con nuestras aportaciones desde terapia ocupacional para la elaboración del programa específico de los profesionales que componen el equipo de valoración e intervención.

Por otra parte, en la página 148, en la Línea Estratégica 3, en el Programa 1 y la Actuación 1, se propone la formación e implementación del Modelo de Cuidados Centrados en el Desarrollo en la Unidad de Neonatología del CHN. Nos gustaría poder presentar en qué podría contribuir el perfil del terapeuta ocupacional en la Unidad de Neonatología, de cara a poder implementar el Modelo de Cuidados Centrados en el Desarrollo. El terapeuta ocupacional tiene como objetivo fundamental mejorar el desempeño ocupacional del recién nacido/a pretérmino y/o con bajo peso al nacer, que va a ser resultado de la interacción entre sus habilidades y la influencia de los factores externos en él/ella. Algunas de las funciones que lleva a cabo considerando siempre el rol activo de la familia en del cuidado de sus hijos/as, son: favorecer la organización y funcionalidad de los sistemas autonómico, motor-sensorial, estados de alerta - atención y autorregulación, para que logren madurar y desarrollarse adecuadamente, evaluar el estado general de los recién nacidos y sus rutinas diarias (alimentación, higiene…) y adaptar el entorno para contribuir en su desarrollo adecuado y así poder interactuar y responder adaptativamente a las demandas ambientales.

Estas contribuciones también se relacionarían con la siguiente aportación de la página 149, en la Línea Estratégica 3, en el Programa 2, en las Actuaciones 1 y 2 referentes al trabajo con las familias en la Unidad de Neonatología y Cuidados Intensivos Pediátricos, el terapeuta ocupacional podría favorecer las tareas de apoyo emocional, asesoramiento y coordinación con las familias de los menores.

ÁREA DE ACTUACIÓN 4: INTERVENCIÓN SECTORIAL EN SALUD EN INFANCIA Y EN ADOLESCENCIA

Es interesante y necesaria la creación de la Unidad Multidisciplinar de neurorrehabilitación infantil y daño cerebral. En este sentido, nos gustaría sugerir que se pudiese considerar incluir en el equipo interdisciplinar el perfil del terapeuta ocupacional y en la Unidad de rehabilitación infantil para niños y adolescentes de 6 a 18 años. (Citado en la página 168, la Línea Estratégica 2, el Programa 2 y las Actuaciones 1 y 2).

La terapia ocupacional es la disciplina socio sanitaria que evalúa la capacidad de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada por cualquier causa. El terapeuta ocupacional utiliza la actividad con propósito y el entorno para ayudar a la persona a adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración. El principal objetivo de la Terapia Ocupacional es capacitar a la persona para alcanzar un equilibrio en las ocupaciones, con el fin de que su vida sea satisfactoria y significativa.

La utilización terapéutica de las actividades de la vida diaria, productivas y de ocio en personas que tienen algún déficit o limitación (por un trauma físico, psíquico o enfermedad, disfunción psicosocial, desfases en el desarrollo o problemas del aprendizaje, pobreza y diferencias culturales o por el proceso de envejecimiento), con los fines de maximizar la independencia, prevenir la discapacidad, mejorar el desarrollo y mantener la salud. Se incluye la adaptación de tareas y/o la intervención sobre el ambiente para lograr la máxima independencia y mejorar la calidad de vida.

Entre las funciones del terapeuta ocupacional están, la valoración de las capacidades y limitaciones de la persona; elaboración y evaluación de programas de tratamiento de rehabilitación con sus correspondientes objetivos individualizados. En este caso estos objetivos estarían orientados y adaptados a la población infantil, entre los cuales se encontrarían:
• Ayudar a mantener y mejorar el rango articular del movimiento, la fuerza muscular, la resistencia, la coordinación y la destreza, particularmente en las extremidades superiores. Entrenamiento y reeducación de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
• Evaluar el manejo y las habilidades y reeducación funcional cuando es necesario, usando los dispositivos de asistencia apropiados.
• Confeccionar y prescribir órtesis, prótesis y productos de apoyo, así como entrenamiento del individuo en su utilización.
• Entrenar a la persona en el uso funcional de las prótesis de extremidad superior.
• Evaluar y entrenar a la persona en las actividades de autocuidado para aumentar al máximo la independencia.
• Enseñar a la persona en el uso las órtesis o los productos de apoyo que pueden ser fabricadas por el terapeuta ocupacional, cuando sea necesario.
• Enseñar el uso de la silla de ruedas y las transferencias.
• Adaptar del entorno, elaboración de programas de eliminación de barreras arquitectónicas.
• Evaluar el hogar y realizar las modificaciones necesarias para proporcionar un ambiente seguro sin obstáculos y barreras.
• Asesorar a las familias y profesionales de otras especialidades.
• Educar a la familia del menor, enseñando y demostrando las técnicas diseñadas para mantener la independencia del menor y minimizar la sobreprotección.
• Favorecer la reinserción de la persona en su vida cotidiana y en su medio en las mejores condiciones posibles.
• Colaborar con instituciones públicas y/o privadas para la promoción y desarrollo de programas de intervención en la población con discapacidad.

La Terapia Ocupacional puede prestar servicio profesional, en un contexto hospitalario, domiciliario y comunitario, a todo individuo que tenga riesgo de sufrir o sufra una afectación en sus áreas ocupacionales (actividades de auto mantenimiento, productivas y de ocio) como es el caso de personas con discapacidad funcional, discapacidad física, sensorial, psíquica o social. En este caso, la intervención dirigida a la población infantil, se utiliza el juego como herramienta terapéutica, ya que además de ser la principal ocupación del niño, es placentero y motivante en sí mismo y podremos favorecer a través de él los objetivos de nuestra intervención y desarrollar diferentes destrezas (motoras gruesas y finas, perceptivo-visuales...).

Existe una “RESOLUCIÓN 2388E/2017, de 19 de julio, del Director General de Salud, por la que se aprueban las bases reguladoras de la convocatoria de la concesión de subvenciones para ayudas destinadas a complementar, en determinados gastos, el tratamiento de niños y niñas menores de 18 años con Daño Cerebral Adquirido, realizadas entre enero y septiembre del año 2017”, pero en ésta no se incluyen a todos los niños con patología neurológica; existen otras patologías neurológicas, como son lesiones medulares, retraso del desarrollo, parálisis cerebral infantil, epilepsia, distrofia muscular, y numerosas enfermedades raras, consideradas con enfermedad neurológica infantil, que podrían beneficiarse de los tratamientos ofrecidos por el Servicio.

En página 168, en la Línea Estratégica 2, en el Programa 2 y en la Actuación 3, sugerimos incluir el perfil del terapeuta ocupacional en el equipo de intervención en el tratamiento de los trastornos de deglución.

Los problemas de deglución o deglución atípica comprenden toda alteración en el mecanismo conjunto o en alguna de las actividades específicas del proceso normal de deglución, tales como la actividad lingual, labial, dental o paladar; así como de la propia postura corporal general. Por lo que las personas que los presentan, en especial, los niños, requieren de una atención y tratamiento especial a fin de establecer el equilibrio o compensación necesarios para la ejecución de las diferentes funciones que participan lo cual permitirá un adecuado y saludable crecimiento, además de disminuir la desventaja o discapacidad social de la persona.Por lo que, se considera la deglución parte de la alimentación, siendo esta una actividad de la vida diaria. Queda justificada, la intervención del terapeuta ocupacional en los problemas de deglución. Además, los problemas de deglución, son una temática escasamente abordada en las diferentes áreas de salud, sobretodo en niños, y es un trastorno muy frecuente, que necesita ser tenido en cuenta, puesto que la alimentación es una de las bases de la independencia funcional del ser humano.

En la página 168, en la Línea Estratégica 2, en el Programa 2 y en la Actuación 4, proponemos igualmente considerar el perfil del terapeuta ocupacional en el Programa de capacitación y apoyo a la persona cuidadora de menores con discapacidad.

En la página 170, en la Línea Estratégica 4, en el Programa 1 y en la Actuación 1 y 2: planteamos la tener en cuenta el perfil del terapeuta ocupacional en la atención integral a enfermedades crónicas infantiles y adolescentes, enfermedades crónicas raras o infrecuentes en infancia y adolescencia. Y Línea Estratégica 4, en el Programa 1 y en la Actuación 3, poder considerar nuestras aportaciones profesionales de cara a la creación de la Unidad de Referencia Pediátrica de Enfermedades Raras.

La Terapia Ocupacional tiene una amplia trayectoria en la atención de las enfermedades crónicas (dentro de las que se encuentran las enfermedades raras). Los terapeutas ocupacionales participan en la evaluación y el tratamiento de estas patologías, con gran impacto en el funcionamiento ocupacional cotidiano de la persona. Los terapeutas centran su intervención en la potenciación de las capacidades preservadas y la compensación de sus limitaciones con el fin de mantener el máximo nivel de funcionalidad a lo largo de las diferentes etapas vitales. Todo ello conlleva una continua graduación y adaptación de las actividades y del entorno.

En concreto, en la población infantil, una parte fundamental del proceso de intervención del terapeuta ocupacional que trabaja con niños y adolescentes es la obtención e interpretación de todos aquellos datos que nos permitirán identificar sus potenciales y el origen de sus dificultades para participar independientemente en sus actividades de la vida diaria. En el análisis de tareas puede identificar los factores (sensoriales, motor, cognitivo, social y emocional) que pueden limitar o facilitar el éxito de la participación a través de diversos ámbitos, tales como la escuela, el hogar y la comunidad. Realiza la observación, evaluación e intervención diferentes componentes del desempeño ocupacional de los niños y/o adolescentes. El terapeuta ocupacional dirige su intervención a la participación del niño/a adolescente en las siguientes áreas: educación, jugar y de ocio, situaciones sociales, actividades de la vida diaria, el sueño y el descanso. Estas son las ocupaciones habituales de la infancia. Teniendo en cuenta que una de las más relevantes es el juego, se hace esencial la observación clínica del juego libre que desarrollan los niños y adolescentes, ya que nos proporciona una información muy importante sobre aspectos como:
• La etapa de juego en la que el niño o adolescente se encuentra.
• El desarrollo de sus destrezas motoras gruesas y finas.
• La capacidad para seguir unas normas establecidas por el grupo.
• Las destrezas perceptivo-visuales.
• El grado de motivación.
• Su tolerancia a la frustración.

Observar y analizar los diferentes componentes que forman parte de cada actividad de juego y ocio es un rol fundamental del terapeuta ocupacional. Además de ofrecernos una valiosa información terapéutica nos ayudará a aprender a seleccionar los juegos y actividades más apropiados en función de las necesidades específicas de cada niño.
Entre las funciones del terapeuta ocupacional están:
• Elaboración del perfil ocupacional de la persona (niño/a o adolescente)
• Evaluación/valoración del entorno y contextos de la persona
• Adaptar las actividades y entornos para conseguir la máxima funcionalidad de cada persona;
• Asesorar a familias, usuarios y profesionales de otras especialidades sobre pautas de actuación, estrategias y procedimiento, coordinando y analizando a lo largo del proceso los objetivos y la evolución. Educar a la familia, enseñando y demostrando las técnicas diseñadas para mantener la independencia del paciente y minimizar la sobreprotección.
• Realizar la adaptación, selección, asesoramiento, fabricación y/o diseño de productos de apoyo, en caso de ser necesario.

Por otra parte, sugerimos la inclusión del perfil del terapeuta ocupacional en el Programa de intervención integral en Trastorno Mental Grave Infanto Juvenil (Citado en la página 171, en la 1, en el Programa Psicoeducativo de capacitación y apoyo para familiares y cuidadoras de menores con Trastorno Mental Grave (Citado en la Línea Estratégica 4, en el Programa 2 y en la Actuación 2), en el Programa de apoyo especializado a Centros Residenciales de menores con Trastorno Mental Grave y/o discapacidad intelectual moderada mental grave (Citado en la Línea Estratégica 4, en el Programa 2 y en la Actuación 3) y por último considerar las aportaciones que puede realizar el terapeuta ocupacional en la creación de una Unidad Residencial polivalente de menores (carácter socio sanitario + sanitario de larga estancia), citado en Línea Estratégica 4, en el Programa 2 y en la Actuación 4).

La Terapia Ocupacional tiene una amplia trayectoria en salud mental. Los terapeutas ocupacionales utilizan un proceso de evaluación centrado en la persona, analizando las ocupaciones (actividades, tareas, hábitos y roles),las capacidades sensoriales, motoras, socio-emocionales y cognitivas del niño/a del ambiente/entorno y de las exigencias del mismo. Así mismo exploran la estructura de las rutinas de niño/a y su familia o entorno, los valores y roles acordes con su edad.
En el proceso de intervención, los terapeutas ocupacionales utilizan actividades significativas adaptadas para ayudar a los niños y los jóvenes a participar en los diferentes entornos en los que se desenvuelven y de esta manera promover su salud física, mental y el bienestar. Los terapeutas ocupacionales dirigen su intervención a la participación y fomento de la autonomía en las siguientes áreas: educación, jugar y de ocio, uso, de nuevas tecnologías, relaciones sociales, actividades de la vida diaria, el sueño y el descanso. Estas son las ocupaciones habituales de la infancia. El análisis de tareas se utiliza para identificar los factores (por ejemplo, sensoriales, motor, social y emocional, cognitivo) que pueden limitar o facilitar el éxito de la participación a través de diversos ámbitos, tales como la escuela, el hogar y la comunidad.
La interacción con la persona, la familia, el personal escolar, los proveedores de servicios y los miembros de su entorno es importante para conseguir satisfacer las necesidades propias para su desarrollo. Y de manera coordinada se pueda informar, asesorar y educar sobre pautas de actuación y estrategias beneficiosas para el sistema familiar y social. Así como incluir programas que ayuden a establecer una satisfactoria competencia social mediante la planificación y desarrollo de grupos y actividades.
Los terapeutas ocupacionales pueden contribuir a identificar los primeros signos de enfermedad mental e intervenir con los niños que están en riesgo de desarrollarla o que proceden de familias con problemas económicos o psicosociales que pueden influir en el bienestar del menor. Al mismo tiempo, pueden ofrecer sus servicios a los niños diagnosticados con diferentes trastornos: trastorno bipolar, depresión y autismo, entre otros, que pueden afectar a su salud mental.

En la página 172, en la Línea 5, en el Programa 1 y en la Actuación 4, proponemos la incorporación del perfil del terapeuta ocupacional en el Programa de Atención Integral y Humanizada a los Cuidados Paliativos Infantiles, por las contribuciones que podemos realizar tanto a los/as niños/as como a sus familias. El principal rol del terapeuta ocupacional en este ámbito de actuación es el de potenciar y facilitar las actividades de la vida diaria (AVD) y promover la mayor independencia y autonomía posible del niño/a en esta etapa de su vida. Evalúa las potencialidades y las dificultades motoras, sensoriales, emocionales o dolorosas que pueda presentar el/la niño/a que está siendo sometido a un proceso médico que cambia su rutina, además de modificar, disminuir o eliminar alguno/s de los roles propios de su edad como consecuencia de la enfermedad que presenta. El terapeuta ocupacional con un enfoque centrado en la persona y en la familia, dirigiría su intervención en generar nuevas ocupaciones o adaptarlas según sus necesidades al final de la vida del niño/a de manera digna y humanizada, favoreciendo su motivación en realización de actividades significativas que le ayuden a llevar el proceso de enfermedad de la forma más digna posible.

ÁREA DE ACTUACIÓN 8: PROTECCIÓN A LA INFANCIA

Los terapeutas ocupacionales apoyamos la detección, atención e intervención precoz en la infancia, ya que consideramos que fomenta la prevención de situaciones de desprotección de los menores y sus familiares que demandan numerosos recursos estructurales, físicos y materiales.

Por este motivo, apoyamos la creación de la Unidad de Intervención Precoz con cobertura en toda la Comunidad Foral de Navarra (en la página, Línea Estratégica 1, en el Programa 1 y en la Actuación 2) y sugerimos que puedan considerar las aportaciones que podamos hacer los terapeutas ocupacionales y contar con nuestra presencia profesional.

En la página 233, en la Línea de Actuación 3, en el Programa 1 y en las áreas de Actuación 1, 2 y 4, proponemos incluir el perfil del terapeuta ocupacional en los grupos encargados de establecer los diferentes perfiles o grupos de familias y menores que se pudieran beneficiar de los diferentes tipos de Programas de promoción y desarrollo de la intervención familiar en situaciones de riesgo de desprotección o de desprotección y poder realizar aportaciones desde la terapia ocupacional, de cara a elaborar y de implantar la “Cartera de programas de intervención familiar”. Además nos gustaría sugerir, en la Línea Estratégica 3, en el Programa 2 y la Actuación 6, considerar el perfil del terapeuta ocupacional en la implantación del Programa de intervención terapéutica para todos los menores en acogimiento familiar y que presenten dificultades emocionales y sociales relacionadas con las experiencias traumáticas que hubieran sufrido como consecuencia de las situaciones de desprotección vividas y también considerar su presencia profesional en el Centro de Día para menores en situación de conflicto social y en la implantación del Programa de intervención terapéutica de los menores que residen en Acogimiento Residencial y que presenten dificultades emocionales y sociales relacionadas con las experiencias traumáticas que hubieran sufrido como consecuencia de las situaciones de desprotección vividas (Citado en la página 239, en la Línea Estratégica 3, en el Programa 3 y en las actuaciones 3 y 4)

El terapeuta ocupacional, como profesional socio-sanitario, puede desarrollar también su papel dentro de los equipos de intervención social, atendiendo las necesidades de aquellas personas que han sufrido, sufren o podrían llegar a sufrir una disfunción o restricción en el desempeño de sus ocupaciones o en su capacidad para participar e implicarse en actividades significativas dentro de su contexto cultural y/o social. Estas problemáticas pueden estar ocasionadas bien por un proceso de enfermedad o una secuela, que dificulte el proceso de adaptación al medio, o bien por un conjunto de condiciones instauradas en el contexto (económico, cultural, social, político, etc.) que coartan las posibilidades de desarrollo de aquellas personas especialmente vulnerables.

El objetivo fundamental de la terapia ocupacional es capacitar al individuo para desarrollar las actividades significativas dentro de sus roles personales de la manera más independiente posible. El adecuado desempeño de todas y cada una de nuestras actividades de la vida diaria, requiere de la participación de múltiples sistemas y funciones a nivel sensorial, motor, cognitivo y psicosocial.

El papel del terapeuta ocupacional es en este ámbito de actuación con menores es facilitar la adquisición de un equilibro entre los menores, el medio y el desempeño adecuado de sus ocupaciones cotidianas, es por ello, que colabora con otros miembros del equipo en la detección de las necesidades sociales de la persona y que desarrolla intervenciones, dentro del ámbito de sus competencias, orientadas a facilitar la adquisición de habilidades y destrezas físicas, sociales y/o psicológicas en su entorno cotidianos (domicilio, escuela, institución, sociedad, etc.). De este modo, se contribuye al aumento de la calidad de vida, máxima independencia y se previene el riesgo de padecer una enfermedad. El terapeuta ocupacional dirigirá su intervención de manera que le permita dar atención a las necesidades ocupacionales y de participación de los menores que atiende tomando en cuenta los aspectos psicoafectivos y su sistema familiar. El incorporar los aspectos emocionales que afectan el desempeño ocupacional y de participación de un menor, permite al terapeuta realizar una evaluación e intervención más efectiva y centrada en la persona.

Para concluir, esperamos que nuestras aportaciones sean de utilidad y puedan ser consideradas. De nuevo agradecerles y felicidades por la elaboración del plan y por su apertura a la ciudadanía para así contribuir a realizar sugerencias.