Gestión de Agua
Parte-hartze prozesua:
Nafarroa Suspertu 2020-2023 Plana
Eremu:
DESARROLLO TERRITORIAL SOSTENIBLE
Testua:
Uno de los principales efectos del cambio climático tras el aumento de la temperatura global será un aumento de las sequías y por lo tanto una reducción de la disponibilidad de los recursos hídricos. Este escenario hace que la buena gestión de los recursos hídricos sea crucial para mitigar los efectos adversos del cambio climático. Sino se pondrá en peligro el abastecimiento (como ya ha sucedido en anteriores años) y el mantenimiento de los caudales ecológicos necesarios para mantener en buen estado todos los ecosistemas acuáticos imprescindibles para dotar de agua en cantidad y calidad suficiente para el abastecimiento humano.
En la mitad sur de Navarra donde el clima es más árido y por lo tanto el agua más escasa y donde la agricultura intensiva es más importante, es urgente replantear qué y cuánto se está regando. Cultivos tradicionalmente de secano han pasado a ser intensamente regados y dependientes del agua, lo que en una situación de escasez, cada vez más frecuente como consecuencia del CC pone en serio peligro la agricultura.
En todo el territorio de Navarra pero sobre todo en el norte, el principal problema son los numerosos obstáculos (presas y azudes) presentes en los ríos que además de crear un obstáculo para la continuidad del ecosistema además las derivaciones del agua no respetan los caudales ecológicos establecidos.
Otro aspecto a considerar es el control de las extracciones ilegales de agua (pozos, ríos, acequias) que pone en serio peligro la reservas futuras de aguas subterráneas. La sobreexplotación y la falta de control también pone en riesgo de contaminación los acuíferos por lo que es imprescindible un control y un mantenimiento de los parámetros ecológicos y químicos de todas las masas de agua en Navarra.
Por todo ello, Greenpeace propone:
> Aumentar y mejorar la depuración y regeneración/reutilización de aguas depuradas.
> Mejorar en la calidad del vertido de las aguas residuales tras la deficiente depuración de sus principales municipios a los ríos y costa.
> Controlar y cerrar pozos y extracciones ilegales de agua.
> Implantar caudales ecológicos atribuidos con criterios científicos en los cursos fluviales según lo establecido en la planificación hidrológica y la Directiva Marco del Agua, y revisarlos en función de la evolución de las variables climáticas.
> La interconexión de las redes de abastecimiento sólo debe hacerse en casos excepcionales como medida para garantizar el abastecimiento de agua potable, sin que ello conlleve a un trasvase permanente entre cuencas. Además, no debe reducir de modo irreversible el caudal ecológico aguas abajo del punto de captación.
> Abandonar cualquier plan para construir nuevos embalses.
> Revertir todos los procesos de privatización en la gestión municipal del agua volviendo a un modelo de gestión pública.